La cámara lúcida, Roland Barthes
Capitulo 5: Aquel que es fotografiado.
Pág. 37 a 44
Cuando uno se sabe fotografiado automáticamente posa para la cámara de una manera casi inconsciente y por un momento pareciera que la cámara transforma tu cuerpo y te convierte en otro a su gusto.
Uno quiere salir con cualidades como las que se le dotaban a los antiguos retratos de pintura, pero la fotografía no es sutil, y toma lo que hay, muchas veces es difícil y extraño mirarse a si mismo en tercera persona por que te das cuenta de cosas de ti mismo de las cuales no te habías percatado.
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